La CEPAL propone centrar los esfuerzos de cooperación regional en
ocho áreas: cuatro de ellas en el ámbito intrarregional (fomento del comercio
dentro de la región, inversión en infraestructura, cohesión social y reducción
de las asimetrías), y otras cuatro en el área de la cooperación para enfrentar
desafíos globales: innovación y competitividad, acercamiento conjunto a la
región de Asia y el Pacífico, reforma del sistema financiero internacional y
cambio climático. Respecto de cada una de ellas se presentan propuestas
específicas de acción.
Los avances en las áreas seleccionadas se verían favorecidos por una
institucionalidad regional unificada y más eficaz. Esta institucionalidad,
reconocida y representativa, podría colaborar en la mediación entre los
eventuales intereses contrapuestos de los países, privilegiándose la atención
de los intereses de los países más pequeños o de menor desarrollo relativo.
A. PROPUESTAS PARA ESTIMULAR
LA COOPERACIóN REGIONAL1. Fomentar el comercio intrarregional
Se propone un programa de fomento del comercio intrarregional, apoyado
en una mayor provisión de financiamiento y en medidas concertadas
de facilitación del comercio. Atraer mayores corrientes de ayuda para el
comercio contribuirá a este fin. No se trata de crear nuevas instituciones, sino
de generar mecanismos de coordinación entre las existentes, aprovechando
sus ventajas y fortaleciendo la movilidad de los recursos financieros.
Financiamiento para el comercio. En esta materia la reciente
crisis mostró la importancia de fortalecer las instituciones financieras
internacionales, dotándolas de mayor capital y capacidad de prestar
rápidamente para anticiparse a posibles crisis de la balanza de pagos, y de las
instituciones financieras regionales, favoreciendo también su capitalización
y su mayor complementariedad con la banca de fomento. En el corto plazo,
es necesario que los organismos financieros nacionales y regionales amplíen
su contribución para cubrir riesgos y proporcionen mayor liquidez a las
operaciones de comercio exterior, asegurando el crédito para realizarlas.
En el mediano plazo, es preciso que las instituciones financieras mejoren la
difusión de las características de sus instrumentos entre las empresas y que
familiaricen a estas con las técnicas de evaluación del riesgo y recopilación
de datos sobre el financiamiento del comercio.
Enfoque integrado de facilitación del comercio. Este se entiende no
solo como la reducción del número de trámites burocráticos asociados al
comercio exterior, o del tiempo necesario para completarlos, sino también
como la mejora de la velocidad de las transacciones comerciales, incluida
la disponibilidad de infraestructuras de transporte y de tecnologías de la
información y de las comunicaciones (TIC), a precios internacionalmente
competitivos; asimismo, se pone el énfasis en la implementaciónde políticas
públicas que faciliten el acceso de las pymes a estas mejoras.
Es necesario ir más allá de la Ronda de Doha en materia de
facilitación del comercio. Los países de la región deberían evaluar la
posibilidad de implementar, a nivel nacional, subregional o regional, las
propuestas que ellos mismos han realizado en el marco de la Ronda de Doha.
En efecto, en el plano regional es posible ir más allá de los ámbitos y niveles
de profundidad considerados en la Organización Mundial del Comercio.
Para ello, se sugiere reforzar la coordinación entre los organismos regionales
de financiamiento y entidades de estudio y asesoría a los gobiernos, como
la CEPAL, de modo de asistir a estos últimos en la actualización técnica
y el fortalecimiento de las capacidades en el ámbito de la facilitación del
comercio y otras áreas relacionadas.
A nivel nacional esto significa no solo reforzar la coordinación entre
los organismos gubernamentales involucrados, sino también apoyarse en mecanismos diversos de alianzas público-privadas que refuercen la
comunicación entre actores, el diálogo sobre las reformas de políticas y
el compromiso de las organizaciones empresariales con la innovación y
la competitividad.
A nivel subregional y regional se sugiere: i) facilitar la convergencia
de procedimientos, en particular en lo relativo a su interoperabilidad
y estandarización, avanzando en fases sucesivas de homogeneización,
simplificación, automatización e interconexión de trámites y procedimientos
aduaneros y de comercio exterior en general y ii) avanzar más rápido en materia
de acuerdos jurídicos que reconozcan los instrumentos y procedimientos
modernos de negocios, como la factura electrónica, los certificados de origen
electrónicos y la ventanilla única de comercio exterior, entre otros.
América Latina y el Caribe debería elevar su participación en
las corrientes de ayuda para el comercio. Esta fue del 8% en 2007, en
comparación con el 42% de Asia y el 37% de áfrica. Para aumentar estas
cifras sería importante que los países de la región transformaran a la ayuda
para el comercio en un componente central de sus demandas de cooperación
internacional, definieran prioridades y presentaran proyectos relevantes
que permitieran concretar nuevos flujos de recursos. Asimismo, debería
privilegiarse la atracción de fondos hacia proyectos como la Iniciativa para
la Integración de la Infraestructura Regional Suramericana (IIRSA) y el
Proyecto Mesoamérica, en los que participan varios países y que tienen un
claro componente de facilitación del comercio.
2. Preservar y estimular la inversión en infraestructuraLa cooperación regional debe apuntar a reducir la “brecha de
infraestructura” que caracteriza a América Latina y el Caribe. Para
ello, se plantean las siguientes propuestas: i) acordar una meta indicativa
regional o subregional para la inversión en infraestructura, que podría ser del
orden del 5% del PIB, considerando las especificidades de cada subregión
o país, ii) crear fondos regionales o subregionales de financiamiento de la
infraestructura con participación de recursos públicos, de las instituciones
financieras y de la banca de desarrollo regionales, iii) fortalecer los mercados
de capitales y su regulación, de tal modo que los fondos de capital y de pensiones desempeñen un rol más importante en el financiamiento de la
infraestructura, iv) reforzar el apoyo al más alto nivel a las iniciativas de
infraestructura física regional en curso, monitoreando y solucionando
rápidamente los posibles cuellos de botella y v) acelerar la convergencia
entre los sistema de regulación y control del tráfico terrestre y multimodal.
A nivel nacional debería avanzarse en: i) definir estrategias integradas
y sostenidas en el tiempo relativas a infraestructura, transporte y logística,
ii) revisar las políticas de regulación de los servicios de infraestructura,
procurando asegurar que, además de estimular la participación privada,
las mejoras en esta materia se transmitan efectivamente a la sociedad y
se conviertan en canales para lograr mayor eficiencia, productividad
y competitividad, iii) fortalecer los sistemas nacionales de inversión
pública, elevando la calidad de los proyectos y las posibilidades efectivas
de financiamiento externo, iv) apoyar el desarrollo de sistemas de precios
de referencia (benchmarking) respecto de los rubros principales de obras de
infraestructura, facilitando la comparabilidad de los proyectos y procurando
evitar sobreprecios en las licitaciones correspondientes. Sobre la base de estos
logros, sería más fácil avanzar hacia una estrategia regional de infraestructura,
transporte y logística integrada y sostenida en el tiempo.
3. Fortalecer el ámbito social de la integraciónEs necesaria una competitividad regional compatible con la equidad
social. Esto supone considerar aspectos relacionados con la cohesión e
inclusión social, con la multiculturalidad y con políticas de género. En este
sentido, un mérito de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra
América (ALBA) ha sido poner de relieve el carácter central de las temáticas
sociales en los espacios de cooperación e integración regional. Se sugiere
avanzar en los siguientes objetivos: i) mejorar la calidad de las estadísticas
sociales a nivel nacional y favorecer su armonización y comparabilidad
regional, ii) promover la definición regional de mejores prácticas de
responsabilidad social empresarial, iii) evaluar mecanismos para reducir los
costos de transferencia de las remesas de los migrantes a sus países de origen,
iv) favorecer la certificación de competencias laborales entre los países, a fin
de estimular la movilidad intrarregional de la mano de obra menos calificada,
v) avanzar en el reconocimiento recíproco de títulos profesionales, vi) apoyar la implementación de la portabilidad de la protección social, vii) favorecer
las inversiones en infraestructura y las estrategias integradas de desarrollo
productivo en las zonas fronterizas, incluidas medidas de política social
orientadas a proteger a los migrantes, viii) constituir un fondo estructural
para la cohesión social, que contribuya al financiamiento de los procesos de
reconversión productiva y laboral y a reproducir las mejores experiencias de
protección social frente a las crisis y ix) crear un observatorio de la inclusión
social, que ponga a disposición de los gobiernos, los académicos, los
parlamentos y la sociedad civil la información necesaria para el seguimiento
de las políticas sociales, el intercambio de experiencias y la difusión de
buenas prácticas.
4. Reforzar el tratamiento de las asimetríasEl tema de las asimetrías es de carácter horizontal. En consecuencia,
se requiere un esfuerzo especial para lograr que en cada una de las áreas
de cooperación regional aquí expuestas se aplique un enfoque de beneficio
asimétrico a favor de las economías de menor desarrollo relativo. En este
contexto, se hace imperativo un esfuerzo especial a favor de Haití, donde el
compromiso solidario de la región debería quedar cabalmente reflejado.
Sin perjuicio del carácter integral que debe tener el tratamiento de las
asimetrías, se proponen las siguientes acciones específicas: i) fortalecer los
sistemas de fondos estructurales orientados a los países de menor desarrollo
relativo, a partir de la experiencia positiva del Fondo para la Convergencia
Estructural del MERCOSUR (FOCEM) e iniciativas similares en otros
sistemas subregionales, ii) impulsar una mayor apertura de los mercados de
los socios mayores a las exportaciones de los países de menor desarrollo
relativo, incluida no solo la reducción de las barreras arancelarias sino también
de las no arancelarias y iii) fomentar una adecuada consideración por parte
de los socios mayores del impacto que sus políticas macroeconómicas y de
incentivos a las inversiones y exportaciones tienen en la competitividad de las
economías más pequeñas.
B. DESARROLLO DE FORTALEZAS REGIONALES PARA
ENFRENTAR LOS DESAFíOS GLOBALES1. Aumentar la cooperación regional en materia de
innovación y competitividadLa economía del conocimiento plantea nuevos desafíos para los países de
la región. En estos países la ciencia, la tecnología y la innovación desempeñan
cada vez más un papel significativo, no solo en su patrón de inserción
internacional sino, en definitiva, en sus perspectivas de desarrollo económico
y social. Sin embargo, y con escasas excepciones, los países de la región
dedican recursos limitados a estos temas. En consecuencia, es imperativo
aunar esfuerzos nacionales y privilegiar un enfoque asociativo, por ejemplo,
integrando a los centros tecnológicos en actividades plurinacionales de
investigación y de negocios conjuntos, generando sinergias y una masa crítica
regional de recursos humanos y financieros. A nivel nacional, este enfoque
exige también: i) una mayor coordinación entre los distintos organismos
públicos vinculados con aspectos de competitividad y ii) la conformación
de alianzas público-privadas que permitan compartir información y definir
objetivos de común acuerdo.
En este contexto, se proponen las siguientes acciones: i) establecer
un foro regional para la innovación, que facilite la cooperación y la acción
conjunta de los países para enfrentar los desafíos de la innovación y el
desarrollo tecnológico, ii) crear un fondo regional de cooperación para la
innovación, que permita financiar los programas o acciones que se definan
en el foro regional o en otros ámbitos de cooperación, iii) promover la
creación y desarrollo de fundaciones regionales empresariales para la
innovación, iv) preparar un informe anual sobre las iniciativas regionales en
materia de innovación, como guía para los esfuerzos nacionales y regionales
pertinentes y contribución al intercambio de experiencias, v) continuar
con los análisis comparativos de las estrategias nacionales relacionadas
con la sociedad de la información mediante estudios de país (country
reviews), vi) apoyar la aplicación del Libro Blanco de Interoperabilidad de
Gobierno Electrónico para América Latina y el Caribe como marco común
para la discusión y acción regional en materia de TIC y vii) desarrollar
la capacidad regional para el uso efectivo de las TIC en sectores como el gobierno electrónico, las industrias relacionadas con las TIC, las redes de
alta velocidad, la salud y la educación.
2. Aprovechar el vínculo con Asia y el Pacífico para
profundizar la integración regionalAsia y el Pacífico, la región más dinámica de la economía mundial,
ofrece amplias oportunidades para América Latina y el Caribe, en
campos como la minería, la energía, la agricultura, la infraestructura
y la ciencia y la tecnología. Dadas las vastas dimensiones de los mercados
asiáticos, aprovechar cabalmente esas oportunidades solo será posible
mediante un esfuerzo concertado de asociación entre los países de la región.
Sin embargo, hasta ahora no existe una estrategia coordinada entre países
o grupos de países para la creación de vínculos comerciales y de inversión
estratégicos con Asia y el Pacífico, observándose más bien acercamientos
esporádicos e individuales.
Es necesario acercarse a Asia y el Pacífico de manera más
coordinada entre países latinoamericanos y caribeños. Los países de la
región deberían fortalecer sus vínculos comerciales y su complementariedad
productiva con Asia y el Pacífico, procurando insertarse en las cadenas
asiáticas de producción y exportación. Ello requerirá establecer alianzas de
comercio y de inversión que trasciendan los acuerdos de libre comercio. Si
bien estos pueden ser importantes, no bastan para generar la escala y masa
crítica necesarias para estimular alianzas comerciales y tecnológicas entre
ambas regiones, ni para superar la marcada asimetría entre los importantes
volúmenes de comercio y los reducidos niveles recíprocos de inversión.
Trabajar en conjunto para lograr un acercamiento a Asia y
el Pacífico, por medio de misiones empresariales y ministeriales
plurinacionales, permitiría promover carteras de proyectos en las áreas
de infraestructura, energía, banca, turismo y logística, que beneficien
a ambas regiones. Llegar a consensos sobre esa cartera de proyectos, en
conjunto con otras iniciativas de comercio e inversión, podría ser el primer
paso para realizar reuniones técnicas con contrapartes asiáticas, como la
Asociación de Naciones del Asia Sudoriental (ASEAN), el Banco Asiático
de Desarrollo y el Banco de Desarrollo de China, entre otras. Más adelante, podrían celebrarse reuniones políticas de alto nivel que mejoren el nivel
de diálogo con Asia y el Pacífico, sobre la base de una agenda regional
compartida. Aún resta responder colectivamente al Libro Blanco de las
relaciones de la República Popular China con América Latina y el Caribe,
presentado por esta a fines de 2008.
3. Reformar el sistema financiero internacionalLa gobernabilidad de las instituciones que conforman la arquitectura
financiera internacional debe reformarse significativamente. Esta reforma
debería tomar en cuenta los requerimientos de todos los países, sobre todo
de los países en desarrollo, en la toma de decisiones y el establecimiento
de reglas. La falta de representación de los países en desarrollo en los
foros multilaterales hace que los análisis y recomendaciones de políticas
regulatorias de estas instituciones sean incompletos y se traduzcan en errores
sustanciales, como demuestran las fallas de supervisión y regulación que
fueron importantes causas de la reciente crisis. La región debe sacar mejor
provecho de la presencia de la Argentina, el Brasil y México en el Grupo de
los Veinte (G-20) para articular posiciones comunes y defenderlas en este y
otros foros relevantes.
La cooperación financiera subregional debe jugar un papel
relevante y complementario de las reformas de la arquitectura
financiera mundial. El fortalecimiento de las instituciones subregionales
sería una defensa complementaria para enfrentar los efectos de futuras crisis
financieras y evitar su contagio. En este sentido es necesario: i) fortalecer el
Fondo Latinoamericano de Reservas (FLAR), ii) consolidar el mercado de
capitales a nivel regional y subregional y iii) otorgar un mayor papel a los
bancos de desarrollo subregionales.
4. Abordar conjuntamente los desafíos del cambio climáticoPara la región, la mejor manera de reducir los riesgos vinculados a medidas
unilaterales de carácter proteccionista en los países industrializados es
alcanzar un buen acuerdo multilateral sobre cambio climático. Será
preciso por lo tanto perseverar en la búsqueda de un acuerdo vinculante en
2010, a partir de los modestos resultados alcanzados en el decimoquinto período de sesiones de la Conferencia de las Partes en la Convención Marco
de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP 15) realizado en
Copenhague en diciembre de 2009. La región debe prepararse adecuadamente
para estas negociaciones, de lo contrario, al cabo de pocos años, podría tener
que adecuarse a la aplicación de normas globales en que no se consideren sus
intereses y enfrentar estándares energéticos y ambientales que limiten sus
avances en materia de competitividad.
La región debe fortalecer y ampliar las iniciativas de cooperación
regional en políticas de adaptación y mitigación integradas en las
estrategias nacionales y regionales de desarrollo. Algunas actividades
de cooperación en este ámbito son las siguientes: i) creación de un
observatorio de políticas del cambio climático que sistematice los avances
y debates sobre el tema, así como las medidas de política empresarial
y pública, ii) desarrollo de metodologías y estudios específicos para
evaluar los efectos económicos del cambio climático en los diversos
sectores y subregiones, iii) aplicación de programas de apoyo al desarrollo de
energías renovables y de eficiencia energética en el consumo, la producción
y el transporte, y de industrias más limpias, entre otros, iv) intercambio de
experiencias en proyectos para el mercado de carbono, v) cooperación en
la adaptación de las instituciones y otorgamiento de facilidades financieras
nacionales para los proyectos orientados a la mitigación de los efectos
del cambio climático, vi) propuesta de mecanismos que permitan acceder
conjuntamente a los fondos internacionales para la creación de capacidades
y la transferencia de tecnologías, tanto para la adaptación como para la
mitigación, vii) logro de un acuerdo sobre las reformas necesarias de los
mercados de carbono, incluida la evaluación de los mecanismos que financien
las medidas de adaptación, viii) coordinación de las políticas de fomento para
las inversiones de menor contenido de carbono y ix) creación de un consenso
sobre el conjunto de políticas públicas que permitan avanzar hacia economías
con menor emisión de carbono.
a continuacion las propuestas:
*Espacios de convergencia y de cooperación regional. (status: publicándolo)
*Un sistema de indicadores para el seguimiento de la COHESIóN SOCIAL en América Latina.
(status: Pendiente de publicacion)
*América Latina en clave de Cohesión Social, indicadores seleccionados.
(pendiente de publicación)
*La economía del cambio climático en América Latina y el Caribe, síntesis 2009.
(pendiente de publicación)